viernes, 3 de abril de 2015

Viernes Santo-Palabra de Vida



                                                     
                                    “Te llevaré al desierto y allí hablaré a tu corazón" 
                                                                                                    (Os. 2, 16)
Las imágenes que aquí aparecen, la mayoría de ellas, son de la Semana Santa de León del año 2011. Tuve la inmensa fortuna de procesionar como “crucífero” con la Cofradía del Silencio. Tomé parte en el Voto de Silencio que realiza la Cofradía en la sacristía de la Iglesia de San Francisco. Aunque para ser exactos, procesionamos en el interior de la Iglesia debido a las inclemencias meteorológicas. No puedo describir aquí las emociones sufridas: digo bien, sufridas… Por eso esta entrada va dedicada a todos los Hermanos Cofrades. Cuando todo vuelva a una normalidad física espero  volver a procesionar.
La imagen número dos es la copia del Cristo de Medinaceli, obra de Asorey, del siglo XX, propiedad de la Cofradía del Silencio. Tiene una bella historia. Es un poco larga de contar para este espacio…
La octava imagen es un detalle del Calvario de la Iglesia Monasterio de San Juan en Laguardia, La Rioja, en el Camino Ignaciano; se construyó entre los siglos XII al XVI, de estilo gótico.
La imagen número catorce, es una Piedad (no tengo más datos) que está en la Iglesia Monasterio de Santa Ana, construida en el siglo XII de estilo románico. Esta Iglesia estuvo vinculada a la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén. Este lugar es un remanso de paz y de oración.
La imagen número quince representa a la Dormición de la Virgen y se encuentra en la Basílica de Santa María del Pi del siglo XIV de estilo gótico, en Barcelona.
¡Y cómo no! Una imagen del Camino de Santiago, en la Cruz de Ferro. No necesita explicación alguna. Eso creo yo.
Por ultimo: unas  flores. Flores de Semana Santa, promesa de eterna vida y de belleza. Irisadas con gotas de agua como perlas celestes; atrapadoras de luz. En cada gota todo un Universo de Vida.

Duéleme el Silencio Creado,
 Pero más me duele el saber
Que cada Viernes Santo
Las heridas vuelven a brotar
Recorriendo los caminos
De un cuerpo roto y cansado.

Que se silencien el cielo y la tierra. Solo una oración de vida saciará todos los corazones. Entonces, solo entonces, el tiempo se detendrá y todo quedará suspendido en el aire.























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